jueves, 2 de enero de 2014

La Familia Tóxica


"Familias Tóxicas".

En fechas significativas como son las “navidades” muchas personas viven el conflicto de tener que reunirse con la “familia toxica” en definitiva con las personas que más les han hecho sufrir en su vida.
En la navidad llega el turrón pero también llega el tiempo de la hipocresía y el silencio contenido, de los no dichos, del juicio, la culpa…, por eso cuando nos acercamos a estas fechas nuestros pulmones se colapsan, no porque “cogemos frío”, sino porque vivimos un ataque frontal en nuestro territorio o porque el ambiente está contaminado con el polvillo de los asuntos no resueltos entre los integrantes de la familia.

La familia perfecta y unida vende, pero por desgracia esto no es la realidad, en los medios de comunicación somos contaminados con estas imágenes de perfección que solo nos llevan a la frustración pues no nos vemos reflejados en ellas, sino todo lo contrario. 
Si estamos inmersos en la dinámica de una “familia tóxica” lo primero que debemos aceptar es que esto es así nos guste o no. Muchas veces es necesario prescribir un alejamiento de nuestra propia familia para poder vivir con un poco de paz, puesto que el foco de conflicto se encuentra en su seno y entrar en contacto con las personas y situaciones conflictivas puede llevarnos a vivenciar una y otra vez las situaciones dolorosas. 

En estos casos el trabajo terapéutico es muy recomendable, pues es en el marco terapéutico donde estos vínculos tóxicos y complejos pueden ser vistos, sentidos o presentidos, ya que fuera del contexto terapéutico son temas de los que no se habla por el gran dolor que acarrean, porque son temas vergonzantes, dolorosos que muchos optan por tapar.

Afortunadamente gracias a los trabajos de investigación de muchos analistas e investigadores de la psique humana podemos hoy en día ajustar estos vínculos y nuestros deseos para que nuestra vida este a la altura de lo que nosotros deseamos, de aquello que profundamente ansiamos y necesitamos (y no lo que se espera de nosotros) para poder SER.

Aceptar la naturaleza dual de la vida es todo un trabajo de transformación que comienza por nosotros y el lugar que ocupamos dentro de nuestras familias.
Nos guste o no la vida duele, la familia duele, pero el sufrimiento, este emerge de la negación y represión del dolor, de ti depende mirar de frente a la vida y dignificarte como persona a solas si es preciso.

La verdadera sanación y transformación del alma nace de enfrentar 
y reconocer nuestra sombra, después?
….después ya no hay nada.

Surá Lillo.

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