jueves, 18 de diciembre de 2014

Al filo de la navaja

Ayer 17 de diciembre, fecha importante para los venezolanos,  fui testigo presencial en un mismo lugar de dos eventos particulares que sucedieron de manera simultánea y que sumados a otras situaciones, igualmente representan la profunda y decadente crisis que día a día vivimos la inmensa mayoría de venezolanos trabajadores y comprometidos con el futuro de nuestra patria. Por un lado, es interesante ver como la cultura de la cola va ganando espacios y nosotros vamos perdiendo el recurso más importante con el que nos dotó Dios, el tiempo. Si, el tiempo que ha de ser invertido de manera productiva cultivando tanto nuestras relaciones interpersonales como en nuestras relaciones laborales pero no, ahora debemos perderlo inútilmente en una miserable cola. En esa cola, cuales corderos camino al cadalso, nos exponemos a los bárbaros y forajidos que se pasean impunemente en sus caballos de hierro, sembrando el terror y la desesperanza a su paso. Rememorando a Atila y los hunos. Una vez superada la cola y sus entuertos, primero la angustia que genera escuchar acercarse una motocicleta y que se multiplica exponencialmente si viene en combo, mejor dicho, si trae un parrillero. Segundo y no menos importante, los coleados, que es una miserable palabra derivada de la miserable cola. Ya la palabra en si viene cargada de un profundo irrespeto y por lo tanto predispone a cualquiera a defender sus derechos, siempre y cuando no sea el parrillero de la motocicleta antes mencionada. Ya esas son palabras mayores, el riesgo a que te propinen una golpiza para "salir barato" aumenta proporcionalmente al tiempo que has "invertido" en la cola, en el mejor de los casos, trágate tu orgullo y que se colee el que quiera, resígnate a pensar que vendrán tiempos mejores, pero cuando Dios mío? Para entrar al banco, el vigilante de guardia con un bastón detector de metales, que pareciera no tener baterías puesto que no emite ningún sonido ni tiene luces encendidas, se regodea sobando a todos con ese artilugio que tiene en sus manos, mientras una diligente empleada asigna un numero e indica a cada quien a donde debe dirigirse para ser atendido. Una vez adentro, acudo presuroso a la promotora que ya llamo mi numero, me siento y escucho como vía telefónica recibe instrucciones de un cliente por 2500 dólares sicad y llena diligentemente un formulario en su computador y su lenguaje cómplice y conversación en tono bajito se detecta inmediatamente el "guiso" aunque en su desparpajo a ella parece no importarle que te des cuenta que ya aseguró su "mascada", por el contrario pareciera llenarle de orgullo semejante hazaña.  Al cabo de un rato me atiende, yo ingenuamente al ver la facilidad con la que le estaba consiguiendo 2500 dólares a aquella persona al teléfono me animo y pido esperanzado los requisitos para optar a los dólares sicad y prácticamente me "pinto un ave" solo se limitó a decirme en un tono tosco y creo que burlón, hágalo por "interné" allí tiene toda la información pero si no tiene cuenta en exterior esta "fritolay" dijo levantando una de sus cejas de una manera exagerada. Yo por incauto, me caí de la nube en que andaba como dice la tristemente célebre ranchera mejicana!! En ese mismo  instante, zacata!!!, es atracado un ciudadano dentro del banco!!! Y allí comienzan los comentarios generales, es "normal" que eso ocurra en los bancos, allí ya es costumbre que entren a robar a los comerciantes de la zona que acuden temprano a depositar el fruto de su trabajo del día anterior,  que si a sutano también lo robaron, que si a mengano también y de paso le metieron tres estomacales (me entere que así le dicen a los tiros en la barriga) que si a perencejo también cuando viajaba en la camionetica, que a fulanita la robo "una dulce viejecita" de 70 años, en fin una serie de historias que mas bien parecen una novela mexicana de esas donde todo es posible y nos quedamos cortos!!! Para resumir mi
periplo, solo quiero significar que las colas, la corrupción ya no solo en los empleados públicos sino también en todos los ámbitos de nuestra "avispada" sociedad y la delincuencia desatada están acabando con La Paz, la paciencia y la vida de todos los venezolanos de bien. Caminamos "AL FILO DE LA NAVAJA" como bien lo
Ilustra esta imagen, una economía marchita, corrupción, impunidad, delincuencia, mas impunidad, desabastecimiento etc. etc. Ayúdanos Señor Dios Todopoderoso y ten misericordia de nosotros.